Stefi Romano, ingeniera agrónoma de 33 años de edad, es una jinete experimentada y ha competido en la modalidad de doma clásica y carreras de raid en Alicante y Castellón.

En el mes de marzo de 2018 Stefi nos planteó que tenía un problema para montar en su yegua. “Yo monto desde hace 6 años sin ningún problema y hace un año tuve una caída fuerte. Volvíamos de un paseo y yo iba hablando con mis amigas, iba confiada y de repente, como ibamos por un sendero al lado de una carretera, pasó un camión, mi yegua se asustó y salió disparada, y yo me caí en el campo. Fue un impacto muy fuerte, un shock grande, me quede sin respiración. Me había caído otras veces pero nunca tan fuerte y que me tomara tan de sorpresa”.

Y ahí todo empezó a ir a peor. Stefi cuenta que tomó desconfiaza, “empecé a tener vicios al montar que a ella le ponían nerviosa, se empezó a asustar de cosas que antes no se asustaba y todo esto hacía que, aunque de forma más sueva, tuviera nuevas caídas. Llegué a dejar de salir a pasear al campo, me dedicaba solo a estar en la pista. Y ahí empezó a ir a más: cuando estábamos en la pista, si pasaban ciclistas a una distancia de 60 mentros yo ya me tensaba y ella se asustaba y me hacían perder el control; si hacía viento yo también me tensaba y ella se asustaba y me hacía cosas que no me había hecho en la vida. Y yo cada vez me restringía más, al final ya para montar tenía que haber unas condiciones excepcionales, hacer buen dia, no haber nadie, etc, etc, y en consecuencia empecé a dejar de montar. Pasé de montar 4 veces a la semana a 1 vez cada 15 días”.

Stefi no era capaz de controlar sus emociones sobre el caballo. “Estaba cogiendo miedo, me daba terror el sólo hecho de pensar que iba a montar, todo era un caos. Llamé a Mariano de los Santos para que me ayudara a quitarme ese pánico y desbloquearme, yo montaba perfectamente y ahora sólo con pensar en ir al centro hípico me descomponía de los nervios. Ya ni siquiera ocurría montando, sino sólo con pensar en que tenia que trabajar con la yegua ya me ponía mal”.

“Cuando terminamos la sesión con Mariano me sentí que se me había quitado toda la tensión, me liberé de la angustia de pensar que iba a sufrir montando a caballo y me sentí más confiada en mi de que podía volver a hacerlo con tranquilidad. Me dió la seguridad de que iba a volver a montar y que no iba a sentir esos nervios. Lo habíamos trabajado y lo habíamos visualizado y yo ya no tenía esa angustia, y por lo tanto no la iba a sentir y en ese sentido mi yegua tampoco. Sentía que todo iba a ir bien.”

Desde entonces volví a ir al centro hípico y no sentí el agobio de pensar que tenía que volver a montar. Hablé con mi entrenador y decidimos hacer sesiones cortas, y hemos ido aumentando los tiempos y me he ido sintiendo más y más segura. Y cuando por un momento he empezado a sentir algún tipo de agobio en seguida he tenido la capacidad de decir “no” y volver a tranquilizarme. Eso antes no lo podía hacer, mi cabeza iba a más y mi cuerpo me tensaba y se encogía mi postura”.

Un mes después ya ha podido notar que vuelve a ser la de antes. “Ayer pude hacer una sesión de una hora con viento y había mucho ruido en el centro, con camiones de aquí para allá y una situación de estrés total. Sin embargo he podido controlar mis nervios y tranquilizarme y seguir adelante como siempre, haciendo una sesión estupenda. Me siento muchísimo mejor, contenta y segura de que pase lo que pase puedo superar una situación dificil y llevar a mi caballo a un estado de tranquilidad. Ahora tengo la certeza de que lo puedo suavizar una situación de estrés y seguir adelante. Doy las gracias a Mariano porque para mi esto supone una superación personal muy grande, de pensar que colgaba las botas y que no volvía a montar más, a recuperar la ilusión montar e incluso querer volver a competir. ¡Volveré a competir en septiembre! Para mi es un cambio muy grande”.

A %d blogueros les gusta esto: