
En pocos meses se enfrentó a la pérdida de su madre, su mujer y su suegro
Juan Carlos, de 63 años de edad, es economista en una empresa ubicada en Madrid. Hace un año su vida cambió radicalmente, primero perdía a su madre y tres meses después perdía a su mujer con un cáncer muy agresivo. Fue una enfermedad muy corta y Juan se dedicó en cuerpo y alma a su mujer. Con el matrimonio vivía su suegro, a quien un mes antes de la muerte de su mujer le dio un ictus y fue hospitalizado. Juan tuvo que hacer frente a toda esta situación, sacó fuerzas en esos días de donde ni él mismo sabía que existían, tuvo que ocultar a su suegro la muerte de su hija, falleciendo éste dos meses después. En tan corto plazo, se encontró solo y completamente hundido, se enclaustró en su casa, la pena y el dolor le hicieron mella, tenía que ir a trabajar pero se quedaba inmóvil en su mesa de trabajo.
Ahora sin embargo Juan Carlos vuelve a sonreír, ha recuperado la serenidad y la tranquilidad. Así lo relata:
“Mariano de los Santos me ayudó a liberar toda esa tristeza que había acumulado todo este tiempo, no sólo por la pérdida de mi mujer, a la que quería y sigo queriendo, sino también porque el desenlace fue tan rápido que apenas tuve tiempo de despedirme y me quedó una pena que me iba matando poco a poco, hasta deseé la muerte, para estar junto a ella. Gracias a él, pude despedirme y recuperar la tranquilidad que necesitaba para salir adelante. Por eso me siento mucho más tranquilo y con ganas de luchar y vivir”.
Así mismo, Juan Carlos ha podido recuperar su vida social. Comenta que “mis amigos y familiares me ven bien, me dicen que he recuperado la sonrisa y la tristeza de mis ojos ha desaparecido. Ahora me siento animado, siento que vuelvo a ilusionarme por la vida. Quiero dar las gracias a Mariano, por extender su mano para ayudarme y descargar toda la pena que yo me había ido tragando. Ha sido un alivio muy grande para mi”.