
En junio de 2013 fallece en un hospital del este de Madrid el marido de Loli Hernández, una mujer de 56 años, administrativo en una empresa alemana. Llevaban juntos desde los 14 años, fue el primer noviazgo y el único durante cuatro décadas.
A principios de 2013 le diagnosticaron cáncer de estómago, era difícil de creer que fuera a ocurrir lo peor porque era un hombre sano, felizmente casado y aparentemente sin mayores problemas. Sin embargo en apenas cuatro meses el cáncer con metástasis se lo llevó.
Desde entonces Loli se ha apoyado en su indestructible optimismo para salir adelante, si bien según sus palabras “han sido dos años de no estar bien, de llorar a menudo y de sentirme rara al estar sola en todos los ambitos sociales en los que participábamos juntos. A veces me derrumbaba con tan solo hablar del tema”. En ningún momento pidió algún tipo de apoyo psicológico porque “quería superarlo sola”, y mucho menos pidió el apoyo de ningun coach personal debido a que “siempre he sido muy escéptica con todo eso”, aseguró. Sin embargo un día se animó a probar a hacer una sesión con Mariano de los Santos, coach de Trisquel.
Con el avance de las técnicas psicológicas de los últimos años es posible “elaborar” un duelo en una sola sesión. Y así ocurrió con Loli, una sesión fue suficiente. Sólo una. El trabajo de la sesión se centró en tres pilares: aceptación de la realidad, superación de los recuerdos traumáticos y despedida de su ser querido.
A la semana siguiente tomamos contacto con ella para preguntarle por su estado de ánimo y nos decía “parece que voy bien, habrá que esperar un poco más y ver”. Durante varias semanas la respuesta era la misma. Parece que bien, habrá que esperar y ver. Su escepticismo le hacía dudar de la eficacia de un proceso tan rápido. Finalmente, 3 meses después, Loli llega a la conclusión de que en efecto ha logrado aceptar y asumir el fallecimiento de su marido. Se siente tranquila y en paz, y decide hacerlo público para ayudar a otras personas a superar duelos.
Ahora Loli puede ver con perspectiva qué ha cambiado en su vida. “Me siento en paz conmigo misma, mi espíritu está tranquilo. Cuando salía con mis amigos me sentía sola y rara, porque siempre salía con él. Ahora puedo salir y sentirme como una más. Es muy importante estar tranquila porque cuando no lo estás, no estás bien. Cuando te sientes en paz estás mucho mejor en la vida”.
Su escepticismo también se ha transformado después de esta experiencia. Loli afirma que “no me esperaba que con sólo una sesión iba a lograrlo. Estas cosas no me las suelo creer, soy muy escéptica, de ‘verlo para creerlo’, y he aprendido que hay que probar. Mariano me ha parecido un coach efectivo y rápido, me ha hecho sentirme cómoda y respetada en todo momento, por eso recomendaría un proceso de este tipo a cualquier persona en una situación similar”.